Muy temprano, ocho de la mañana.
Hago transbordo de Mendez Alvaro a Majadahonda, en mi camino pregunto una y otra vez, es la primera vez que voy a esa zona de Madrid, he dormido 3 horas, tengo mucho que trabajar esta tarde y el sueño se me acumula en la boca del estomago, casi podría decir que estoy mareada pero continúo subiendo escaleras,.
Hoy Madrid me huele a playa, esta estación desierta me trae recuerdos de viajes pasados, parece que el tren que estoy dispuesta a tomar me llevase mucho más lejos que esta vía de cercanías y comienzo a pensar.
Ultimamente pienso siempre lo mismo, una y otra vez.
Pero me equivoco de anden, a veces me pasa, y pregunto a una mujer joven de pelo corto, morena, que anda subiendo escaleras como hacemos todos los que en Madrid, no tenemos tiempo ni de esperar al ascensor, no es una cuestión de salud es una cuestión de economía del tiempo, en Madrid pocas cosas son por salud y demasiadas por ahorrar tiempo.
Le pregunto por mi línea de tren, me responde, subimos juntas las escaleras hablando, hasta que todo se desborda y empieza a mantener una conversación paralela a la nuestra y consigo misma.
-¿has perdido el billete? no ya te lo dí, que para servirán los que trabajan aquí si luego no nos hacen caso, eso mismo pienso yo...
Son dos voces distintas que provienen de una misma mujer, que al parecer no solo esta enfadada con renfe sino también consigo misma.
Continúa su diálogo absurdo mientras yo, que en un principio creía que se dirigía a mi me doy cuenta, mientras me paro en seco, de que la mujer esta mal de la cabeza y de que lo que hace es hablar consigo misma a dos voces.
Se separo de ella, ella ni se inmuta esta inmersa en esa conversación de locos, me quedo en el anden, desierto.Hoy es fiesta en Madrid.
Y espero el tren sola, ella acompañada.
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